sábado, 17 de enero de 2009

BASTA YA.




FUENTE DE LA NOTICIA: www.publico.es 14:18 sábado, 17 de enero de 2009

GUIDEON LEVY - Periodista del diario israelí Haretz -

DETENED ESTA LOCURA.


Alguien tiene que detener esta locura. Ya. Puede parecer que el Gobierno todavía no se ha decidido sobre la tercera fase de la guerra, que Amos Guilad está discutiendo en El Cairo un alto el fuego y que el final parece próximo. Pero todo es engañoso. Las calles de Gaza parecen campos de muerte e incluso peor. Israel está ignorando de una manera arrogante la resolución del Consejo de Seguridad que llama a un alto el fuego y bombardea el complejo de la ONU en Gaza, como si quisiera mostrar su verdadero sentimiento hacia esa institución.

Los suministros de emergencia destinados a los residentes de la Franja están en llamas
Los suministros de emergencia destinados a los residentes de la Franja están en llamas. Un espeso humo negro se alza sobre los sacos de harina ardiendo y sobre las reservas de combustible, y cubre las calles. La gente corre adelante y atrás con pánico, agarrando niños y maletas con sus manos, indefensa, mientras las bombas caen a su alrededor.

Y en los pasillos diplomáticos nadie tiene prisa por ayudar a esos desgraciados que no saben hacia dónde correr. El puñado de periodistas que intentan cubrir los sucesos, a pesar del vergonzoso cierre decretado por Israel, también están en peligro. El Ejército bombardeó ayer el edificio donde estaba la prensa y ahora todos se amontonan en una oficina, tan asustados y horrorizados como el resto de los chamuscados residentes de la ciudad.

El corresponsal de la BBC en árabe, alarmado, juró con la voz tomada que nadie disparaba desde el edificio o sus alrededores. "¿Es esta guerra una experiencia correctora", pregunta Rafi Reshef, que parece entusiasmado por los combates? El ministro Binyamin Ben Eliezer le responde que el Ejército han obtenido "grandes éxitos". Y nadie pregunta qué es lo "grande" de esos "éxitos", excepto la matanza, la destrucción y las bajas en Gaza, mientras los cohetes siguen cayendo en Bersheba.

Los que han apoyado esta guerra y los que se han opuesto deberían unirse y gritar "¡Basta!"
En el vestíbulo de un hotel de lujo, con el horror de Gaza de fondo, la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, explica que el fuego se detendrá "cuando Israel lo decida" sobre la base de "las evaluaciones de la situación". El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, rompe el protocolo y denuncia con vigor los ataques contra el complejo de las Naciones Unidas. Así es como Israel se presenta al mundo exterior, con sus tanques en las calles de Gaza, con más gente muerta para nada, con millares de nuevos refugiados, con una horrible ministra de Exteriores y con un clamor de condena en todo el mundo. Consigamos o no algo, lo que ahora queda es sed de sangre y ansias de venganza, junto con la añoranza de un disparo victorioso en la espalda de los desgraciados civiles.

Pero la fotografía de la victoria nunca la obtendremos, ni siquiera con el asesinato de otros cien líderes de Hamás. Los que han apoyado esta guerra y los que se han opuesto deberían unirse y gritar "¡Basta!".

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