lunes, 12 de enero de 2009

GAZA: LA HISTORIA NO CONTADA.


Gaza: la historia no contada




AUTOR: Ramzy BAROUD رمزي بارود
Traducido por Nuria Álvarez Agüí

Es incomprensible que una región como la Banda de Gaza, con una historia tan rica, tan impregnada de desafío, pueda ser reducida a algunas noticias publicitarias, pequeñas frases y afirmaciones reduccionistas, prácticas pero decepcionantes, vacías de toda significación pertinente o incluso de verdadero valor analítico.
El hecho es que en la Banda de Gaza viven más de un millón de palestinos hambrientos, que se supone que pagan el precio por el militantismo de Hamás, o el “castigo colectivo” de Israel, según la etiqueta que los medios decidan asociar al problema.
Más importante, la existencia de Gaza desde tiempos inmemoriales no debe ser yuxtapuesta con su proximidad con Israel y el fracaso o el éxito en “satisfacer” las necesidades de seguridad de una minúscula ciudad israelí –ella misma construida sobre una tierra conquistada sobre lo que era hace solo 60 años una parte de la provincia de Gaza-. Solamente esta exigencia hace que miles de palestinos asesinados o heridos en Gaza sean el precio a pagar a los ojos de muchas personas sin corazón.
Estas expectativas inverosímiles y este desprecio de una historia importante siguen costando caro y servirán únicamente a los objetivos de aquellos interesados en las generalizaciones rápidas. Sí, Gaza podría estar económicamente muerta, pero sus luchas actuales y sus tormentos son características de la herencia que dejaron los conquistadores, el colonialismo y las ocupaciones extranjeras, y también del triunfo colectivo de su pueblo para elevarse por encima de la tiranía de estos invasores.

Los conquistadors pasaron, y Gaza sigue ahí (castillo otomano de Khan Ynis)

En su historia relativamente reciente, Gaza se ha convertido en un relato que se repite desde la afluencia de los refugiados de 1948, que fueron expulsados de sus casas por las milicias sionistas o huyeron en interés de sus familias, esperando retornar una vez Palestina fuera recuperada. Se instalaron en Gaza, subsistiendo en una absoluta pobreza, una situación que continúa, más o menos, hasta el presente.
La historia de Gaza, y el lugar en sí mismo, eran muy poco probables, si no inadmisibles. Desde el punto de vista de los refugiados que llegaban provenientes sobre todo del sur de Palestina, porque la Banda representaba el summum de la pérdida, la humillación y en ese momento también la desesperanza. Muy poco importaba a los campesinos refugiados que huían hacia Gaza que estuvieran recorriendo probablemente el mismo antiguo camino que bordeaba la costa palestina cuando Gaza era la última ciudad para los viajeros hacia Egipto, justo antes de que embarcaran hacia una penosa travesía del desierto del Sinaí.
Entonces que interés tenía que Gaza fuera descrita como la ciudad donde, como se dice en el Libro de los Jueces, Sansón llevó a cabo sus proezas y murió. Para los refugiados, la Cristiandad tenía sentido en la medida en que algunas viejas iglesias de Gaza proporcionaban un abrigo a sus cuerpos cansados y les permitían escapar de los francotiradores, las balas y las masacres.
Incluso la creencia muy extendida entre los musulmanes de que Hashem, el bisabuelo del profeta Mahoma, murió en uno de sus viajes de la Meca al Levante y fue enterrado en Gaza, era muy sentimental. Su tumba en la ciudad de Gaza fue visitada por numerosos refugiados que se posternaron y rogaron a Dios que un día cercano pudieran volver a su humilde existencia y a su antiguo modo de vida de los que habían sido separados por la fuerza.
Sin embargo, la historia de Gaza se volvió más pertinente para los refugiados desde que se hizo evidente que su viaje temporal a la Banda podía prolongarse. Es solamente en ese momento cuando las innumerables historias de conquistas, tragedias, triunfos, pero también de pura bondad, se volvieron esenciales. Un peregrino en Tierra Santa que había pasado por Gaza en el 570 d.C. escribió en latín “Gaza es una ciudad espléndida, llena de cosas agradables, los hombre de aquí son los más honestos, se distinguen por su generosidad y son calurosos con los amigos y los visitantes”.
La historia de Gaza se volvió aún más pertinente cuando los refugiados se dieron cuenta de que sus choques violentos con Israel aún no habían terminado y que necesitarían tenacidad moral para sobrevivir a lo que sería finalmente visto como una de las más severas catástrofes humanitarias en la memoria reciente. Y en efecto, había muchas historias sobre las que maravillarse y de las que sacar fuerza y confirmación.
Los conquistadores vinieron y se marcharon, y Gaza permaneció allí donde sigue hoy en día. Esta es la lección recurrente durante generaciones, e incluso miles de años. Los antiguos egipcios vinieron y se marcharon, igual que los hicsos, los asirios, los persas, los griegos, los romanos, los otomanos, los británicos y ahora los israelíes. Y a través de todo esto, Gaza permaneció fuerte y luchadora. Ni la conquista sangrienta de Alejandro el Grande en el 332 a.C. ni el ataque brutal de Alejandro Janneo en el 96 a.C. quebraron el espíritu de Gaza ni le quitaron su eterna grandeza.
Gaza siempre se ha recuperado para alcanzar un grado de civilización inaudito, como hiciera ya en el siglo V d.C. Fue en Gaza donde los Cruzados organizaron su control estratégico de la ciudad de Saladino en 1170 para abrir otra era de prosperidad y de crecimiento, ocasionalmente interrumpida por conquistadores extranjeros con intenciones coloniales, pero sin éxito. Todas las ruinas olvidadas de civilizaciones pasadas son recuerdos que los enemigos de Gaza no podrán nunca vencer y que marcarán su presencia, aunque sea con una estructura inestable de piedra y hormigón.
Hoy en día Gaza sufre una nueva fase de dificultades y de amenazas. Sus conquistadores modernos tienen tan poca piedad como los antiguos. Gaza sufre, es cierto, pero está de pie, con su pueblo tan lleno de recursos y tan resistente como nunca, desafiante como siempre lo ha sido y dirigido cueste lo que cueste hacia la supervivencia, que es lo que sus habitantes hacen mejor. Y lo sé, es mi ciudad natal.
Extractos del nuevo libro de próxima publicación de Ramzy Baroud, My Father Was a Freedom Fighter - Gaza: The Untold Story (Pluto Press, London) [Mi padre era un combatiente por la libertad – Gaza: la historia no contada]
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Fuente: Gaza: The Untold Story

Artículo original publicado el 19/12/2008

Sobre el autor

Nuria Álvarez Agüí pertenece a Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor, al revisor y la fuente.

URL de este artículo en Tlaxcala: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=6697&lg=es

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